Estas construcciones ayudan a agilizar plazos de ejecución, tienen un menor impacto medioambiental y recursos, además, implementa elementos ergonómicos y eficientes para una mayor autosuficiencia
El sector de la construcción va evolucionando hacia una mayor eficiencia de los recursos implicados en la ejecución de los proyectos. Al mismo tiempo, decantarse por una construcción industrializada es hacerlo por una técnica vanguardista que busca, sobre todo, la sostenibilidad. Pero, ¿qué implica este tipo de edificación? Lo primero que hay que tener en cuenta es que los elementos que conforman los paramentos, pilares y demás partes de una vivienda se construyen en una fábrica y son ensamblados en el espacio escogido como base.
El hecho de contar con piezas estandarizadas, también ayuda a modelar cada plano según las necesidades del cliente. Se pueden añadir o quitar módulos dependiendo de los espacios y las características finales de la construcción.
Este tipo de viviendas dan solución a la agilidad que se busca en la actualidad. Además, permite ejecutar las fases en un menor espacio de tiempo. Por supuesto, optimizar los recursos, evitar contratiempos y gestionar de manera digital el proceso, mejora la atención al cliente.
Ventajas de construir una vivienda industrial
La vivienda industrializada ofrece una serie de ventajas respecto a la convencional. A continuación, se van a describir las más importantes y por las que, cada día más, se hace atractiva esta técnica constructiva.
- Están comprometidas con la seguridad: debido al exhaustivo sistema de gestión digital, se pueden ajustar plazos y conocer la cantidad de materiales que se precisan. Esa exactitud hace que haya poco margen al error de financiación y da una muestra real desde el principio de los costes de construcción. También están debidamente en consonancia con la legislación aplicable a la construcción. Otra de las seguridades que destaca es el hecho de que tienen un cumplimiento de plazos muy bien definido.
- La comodidad y la ergonomía del hogar como principio: la vanguardia empleada en la fabricación de los elementos ayuda a evitar filtraciones y humedades. Su ejecución en seco evita la condensación y sus posteriores anomalías asociadas. Por otro lado, ayudan a un aislamiento acústico de primer nivel y se complementa con una ventilación adecuada para aprovechar, al máximo, la climatología del lugar.
Tecnología digital de seguimiento del proyecto
A todo lo anterior, se une una gestión digital del proyecto a través de la tecnología BIM en la construcción. El Building Information Modeling (BIM) consiste en una técnica de trabajo en colaboración que genera y gestiona todo tipo de proyectos constructivos. Como meta principal, se centra en reunir el conjunto de datos de cada trabajo en un modelo digital donde puedan interactuar los distintos agentes implicados en él.
El BIM, por tanto, ha evolucionado desde los modelos más clásicos como es el plano. Gracias a la tecnología informática y de diseño se pueden visualizar los elementos geométricos en 3D. A la par, incorpora una gestión de los tiempos y fases de ejecución, los costes que suponen, así como el impacto ambiental y las técnicas de mantenimiento que precisará en su vida útil. Se intuye, fácilmente, que el BIM trasciende a la propia ejecución de la obra.
La eficiencia como búsqueda de la sostenibilidad
Por último, las viviendas industriales son sistemas constructivos sostenibles, desde el inicio de cada proyecto. Se tiene en cuenta un aislamiento térmico que mejora el consumo energético. También se desarrollan los elementos que ayudan a un buen uso de la luz natural y la ventilación. Como la fabricación es en seco, se gasta menos agua y, en el suelo donde se construye también hay menos intervención del entorno.
En definitiva, es una modalidad de construcción que ha integrado en su filosofía la optimización de recursos, la mejora de las técnicas de construcción y el menor impacto medioambiental, tanto en el proceso de ejecución, como en la funcionalidad de la edificación.