La salsa de tomate, también llamada salsa roja, es un elemento básico en la cocina de muchas culturas. Su sabor intenso y su versatilidad la convierten en un ingrediente indispensable para una gran variedad de platos.
Y como en todo, claro hay salsas y salsas. Y es que la salsa de tomate es imprescindible en la gastronomía de muchas regiones y países, además de que cada una de esas regiones ha ido agregando sabores, colores y especias para crear sus propias variaciones.
Recetas básicas y variaciones de la salsa de tomate
- Salsa de tomate: la salsa de tomate clásica suele utilizar únicamente tomates y en ocasiones un poco de cebolla y aceite de oliva. Se caracteriza por su sabor dulce, propio del tomate, que se puede equilibrar con especias como la pimienta.
- Marinara: esta salsa simple y rápida se prepara con tomates frescos o enlatados, ajo, aceite de oliva, orégano y albahaca. Es ideal para pastas, pizzas y brochetas.
- Boloñesa: se trata de una salsa más elaborada que incluye carne picada de res o cerdo, cebolla, ajo, zanahoria, apio, vino tinto y especias como orégano, albahaca y laurel. Se utiliza principalmente para pastas como espaguetis o tallarines. Su nombre, claro, tiene que ver con la ciudad italiana donde forma parte de la identidad gastronómica.
Ingredientes principales
- Tomates: la base de la salsa de tomate. Se pueden usar frescos, enlatados o triturados.
- Cebolla: aporta sabor y textura a la salsa.
- Ajo: un ingrediente aromático que realza el sabor del tomate.
A partir de allí, y como ya se ha podido demostrar en los ejemplos de la salsa marinara o la boloñesa, cada persona podrá añadir tantos ingredientes distintos como quiera para personalizar su sabor.
Técnicas de cocción y conservación
Cocinar la salsa de tomate. La salsa de tomate se cocina a fuego lento durante un tiempo variable para concentrar su sabor. El tiempo de cocción debe cuidarse, ya que al pasarse de cocción el sabor terminará siendo amargo.
Conservación. La salsa de tomate destaca por durar varios días, aunque dependerá del método de conservación. Por ejemplo, puede conservarse en la nevera durante varios días o bien puede congelarse para un uso posterior, durando incluso meses.
Usos culinarios
- Pasta: la salsa de tomate es el acompañamiento perfecto para una gran variedad de pastas. Hay salsas específicas para cada tipo de salsa, como la pasta boloñesa y su salsa homónima.
- Pizza: la base de la pizza tradicional es una salsa de tomate.
- Salsas: la salsa de tomate se utiliza como base para otras salsas, como la salsa BBQ o la salsa agridulce.
Valor nutricional y beneficios para la salud
La salsa de tomate es una buena fuente de vitaminas A, C y K, así como de licopeno, un poderoso antioxidante. Por una cuestión meramente lógica, todos los beneficios que de por sí tiene el tomate, se incrementan con la cocción y la añadidura de otros ingredientes naturales.
Podría decirse que la salsa de tomate de calidad reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares, protege contra el cáncer gracias a combatir los radicales libres y mejora la salud de la piel.
¿Opciones comerciales o preparación casera?
Las salsas de tomate comerciales son prácticas y convenientes, pero suelen contener azúcares añadidos y conservantes. La salsa de tomate casera es más saludable y permite controlar los ingredientes y el sabor.
Sin embargo, más allá de la salud, se puede tomar en cuenta el tiempo de preparación, puesto que si no se tiene tiempo o el conocimiento, lo mejor será comprarla para asegurarse de que el sabor sea perfecto.
Consejos para preparar una deliciosa salsa de tomate casera
- Usar tomates frescos y maduros. El sabor cambia radicalmente de acuerdo a la calidad de los tomates.
- Cocinar la salsa a fuego lento durante un tiempo suficiente para que concentre su sabor. El fuego alto no permite obtener el espesor y el sabor; la cocción durante más tiempo la pone amarga.
- Experimentar con diferentes especias y hierbas aromáticas para personalizar el sabor de la salsa.