Los secretos de las microalgas fluorescentes podrían conducir a células solares supereficientes

Pequeñas microalgas emisoras de luz, que se encuentran en el océano, podrían guardar el secreto de la próxima generación de células solares orgánicas, según una nueva investigación llevada a cabo en las Universidades de Birmingham y Utrecht.

Las microalgas son probablemente los organismos vivos más antiguos que sobreviven en el planeta. Han evolucionado a lo largo de miles de millones de años para poseer sistemas de recolección ligeros con una eficiencia de hasta el 95 por ciento. Esto les permite sobrevivir en los ambientes más extremos y adaptarse a los cambios que nuestro mundo ha visto a lo largo de este tiempo.

Desentrañar cómo funciona este sistema podría dar pistas importantes sobre cómo podría utilizarse o recrearse para su uso en nuevos paneles solares orgánicos supereficientes. Sin embargo, debido a la complejidad de los organismos y a la gran variedad de especies diferentes, el progreso en esta área ha sido limitado.

El equipo utilizó algunos de los métodos avanzados de una técnica llamada espectrometría de masas, que les permitió caracterizar los componentes individuales del sistema de recolección de luz de algas. Este enfoque les permitió revelar detalles de distintos módulos del sistema que nunca antes se habían visto. Este fino detalle ayudará a los científicos a entender por qué las microalgas son tan eficientes en la cosecha ligera.

Aneika Leney, de la Escuela de Biociencias de la Universidad de Birmingham, es una de las autoras principales del estudio, que se publica en la revista Cell Press Chem. «Las microalgas son organismos fascinantes que pueden hacer las cosas mucho mejor que los sistemas diseñados por ingenieros», explica. «Aplicando este conocimiento, podemos empezar a hacer progresos reales en la adaptación de estos sistemas para su uso en paneles solares.»

El Profesor Albert Heck, Director Científico del Centro Holandés de Proteómica de la Universidad de Utrecht, añadió: «Nuestra presunción es que cuando se ven algas, se ven lentas y ciertamente no muy interesantes. Pero cuando se observan los detalles moleculares de sus maquinarias que hacen que conviertan la luz del sol en energía de manera tan eficiente, se piensa que son más sofisticados que los relojes suizos más sofisticados. Esto tiene que ser el producto de 3.000 millones de años de afinación, llamada evolución».

El siguiente paso para el equipo será estudiar con más detalle cómo se transfiere la energía a través de estos sistemas de cosecha ligera y determinar por qué los módulos que han identificado son tan eficientes. «Con la mayoría de los paneles solares de los hogares del Reino Unido funcionando con una eficiencia del 10-20 por ciento, el aumento de esta eficiencia al 95 por ciento aumentará drásticamente el uso de la tecnología de la energía solar y, al hacerlo, ayudará a proteger el medio ambiente», añade el Dr. Leney.