Aunque representa solo el 20 % de las energías renovables a nivel mundial, la biomasa ha sido la fuente más utilizada desde la antigüedad. Quiere decir que se emplea mucho antes del descubrimiento de los combustibles fósiles y pese a que fue sustituida por estos se está retomando su uso debido a sus múltiples beneficios medioambientales y económicos.
Así pues, el empleo de la energía de la biomasa es una fantástica idea sostenible que es respetuosa con el medio ambiente y una manera fácil que no requiere mayor gasto para sustituir equipos que usan combustibles fósiles generados a partir del petróleo como el gasóleo.
¿Qué es la biomasa y por qué debe usarse?
Desde la antigüedad y mucho antes de la invención de la electricidad y del uso de combustibles generados por el petróleo la energía de la biomasa se ha utilizado de diversas formas. De ella se obtenía combustible y calor en zonas frías.
Sin embargo, no obtuvo un reconocimiento generalizado hasta la década de 1970 cuando comenzaron a usarse los primeros equipos masivos y comercializados de quemadores de biomasa, los cuales se usaron para generar agua caliente, calefacción y poner en movimiento sistemas industriales a partir del quemado de madera reciclada, materiales como residuos orgánicos de ganado, avicultura o forestales, de los que quedan tras el procesamiento de cereales o excedentes agrícolas.
Estos primeros generadores de energía eran rudimentarios. No obstante, hoy hay modernos equipos para uso casero, comercial e, incluso a escala industrial. Estos son propicios en cualquier entorno, pero son especialmente importantes en sitios alejados de las ciudades y en los cuales no hay acceso a gas o combustibles por tuberías masivas.
La biomasa, igualmente, se promociona como uno de los mayores sustitutos de los combustibles fósiles en el mix energético y hoy salen a la luz sus ventajas medioambientales porque su quema genera menos gases de efecto invernadero (GEI), lo cual no sucede con el gasoil o gasóleo.
Esta energía se deriva únicamente de recursos biológicos y es convertible en varias formas para satisfacer diversas necesidades. En este sentido, puede usarse como combustible para generar calefacción y electricidad.
De igual forma, es una idea muy sostenible porque ayuda a disminuir los enormes daños que han producido los sectores de los combustibles fósiles y la energía no limpia en todos los ecosistemas. En consecuencia, el uso de la biomasa en casas, oficinas, centros comerciales o sector manufacturero tiene un brillante futuro por delante, ya que permite aumentar el nivel de producción y se establece como una importante fuente de energía limpia que puede ser usada a escala mundial.
¿Dónde puede usarse la biomasa?
La biomasa puede usarse en muchos campos. No solo se trata de calefacción en los hogares. En los sectores agrícolas y pecuarios y en fábricas también pueden usarse dispositivos como los generadores de aire caliente con biomasa los cuales no solo proveen climatización en invierno, sino que transforman la energía térmica en electricidad, gas y otros productos para poner en marcha complejos engranajes en los que se requiere impulso mediante combustibles. En este caso, naturales y mucho menos contaminantes.
Estos son los usos de la biomasa:
1.- Combustión para calor y energía cinética
La quema de biomasa en calderas es lo que se conoce como combustión. Esta es una muy buena fuente para la producción de una gran fuente de energía a partir de residuos orgánicos reutilizables que no van a parar al medio ambiente y que disminuyen los GEI.
Quemando biomasa, la energía térmica puede transformarse en energía cinética o electricidad para diversos usos.
2.- Producción de gas
El proceso de gasificación a partir de la combustión de la biomasa consiste en convertir la materia orgánica en un tipo de carbón para luego crear en gas de síntesis. Esto contribuye a reducir los niveles excesivos de contaminación por hidrógeno y metanol, además de proporcionar energía para uso doméstico, comercial e industrial.
4.- Pirólisis o quema sin oxígeno
La pirólisis es quemar materiales (en este caso biomasa) para crear energía sin combustión o fuego. Es muy útil en la industria metalmecánica y siderúrgica. Asimismo, se usa en bioquímica para generar dióxido de carbono y gases como el metano.